
La verdad que volver al
MUSAC, a
León siempre ha resultado un buen viaje y esta vez no iba a ser menos. En esta ocasión nos encontramos con tres exposiciones más dos apéndices que ya comentaré.
De manos de una guía con micro a lo
Madonna y frases "ingeniosas" [el buen guía
Antonio estaría en el Orgullo] nos adentramos en la propuesta de
Néstor Sanmiguel El segundo nombre de las cosas, un zaragozano volcado en el op art. Sus obras son realmente mareantes, distorsionadas, cargaditas de retículas, colores básicos [negros, blancos, rojos...], enormes lienzos. Especialmente atractiva es su obra
Las emociones barrocas [1997-2005] compuesta por 73 piezas de cartón donde con ayuda de acrílicos, caligrafía y objetos compone un diario personal con tintes de diseño gráfico.
Ángel Marcos con el título genérico
China [2007] nos presenta una serie de fotografías digitales a una escala gigantesca donde mezcla la miseria con la riqueza en una misma fotografía, los enormes rascacielos con las casitas bajas. Utiliza un juego interesante para conseguir una perfecta nitidez en la instanténea. Hace primero una toma de la parte superior de la fotografía y después una toma de la parte inferior y las monta por ordenador, jugando con el desfase temporal entre una parte y otra.
Pierre Huyghe presenta una serie de obras distintas entre sí pero con el eje del copyright y el copyleft que de alguna manera las une. Nos encontramos con la voz de una blancanieves vieja, gorda, rubísima y muy pesada [no paraba de cantar, se la oía en todo el museo], un juego de marionetas
This is not a time for dreaming [2004] que me gustó muchísimo, que habla del juego de la creación, en un vídeo muy bien rodado, montado y el detalle de las marionetas, sus gestos, sus trajes es excelente.
Pero sin duda la obra que nos encantó [a Paco también] fue
Light Show [2002], en la sala más alta del
MUSAC, con un frío tremendo, este artista [
Pierre Huyghe] montó un escenario para un imaginario concierto de pingüinos, la idea muy original y el montaje muy atractivo, tumbadoos en el suelo gracias a unos cojines estratégicamente situados y escuchando una música que te dirigía directamente al sueño, algo de hipnotismo había en la obra. Hubiera estado allí horas y horas.
NOTA1 A Carles Congost le dedicaré otro post
NOTA2 Paco fue genial viajar contigo lo pasé genial, mucha cháchara que es lo que me gusta
NOTA3 Sigo pensando que el MUSAC es el único museo nacional que apuesta por el arte más reciente, más allá del 2000
Etiquetas: Ángel Marcos, León, MUSAC, Néstos Sanmiguel, Paco, Pierre Huyghe