I love León & Blanca Li

Por fin llegó el día y allí que marché a León con el Peri, fue una escapada relámpago pero bien aprovechada, con morcilla frita incluida... Llegué a la entrevista tranquilo hasta 5 minutos antes en que el nerviosismo fue en aumento, tartamudeé ante Rafa Doctor y otros 3 responsables del Museo, aún así salí contento, creo que se me notan las ganas, las enormes ganas que tengo de trabajar allí, supongo que la suerte está echada, aunque sigo reclamando energías para que todo acabe como quiero: trabajando en el Musac y viviendo en León. Gracias por los ánimos.

Después de unos paseítos y unos gritos, por aquello de relajar tensión, pasamos a ver las exposiciones que estarán hasta el 4 de mayo y me encontré con una artista que añadir a mi lista de favoritas, la granaína Blanca Li, que con el macroproyecto Te voy a enseñar a bailar, esta coreógrafa nos adentra en el uso del cuerpo como medio de expresión, como soporte artístico, tendencia que como he comentado en los post dedicados a los chinos allí tiene mucho tirón pero que en Europa se está perdiendo poco a poco a favor de medios tecnológicos.

En este recorrido donde encontramos video-arte, video-instalaciones, esculturas en forma de aparatos de gimnasia o aparatos de cocina, nos colamos en el universo Li donde ella misma protagoniza todas las obras que nos encontramos, donde no solamente el cuerpo sino la voz son importantes. Podemos hacer gimnasia con ella proyectada a tamaño natural y con chándal rojo, aprender a hacer paella con Loli y Dolly [desternillante vídeo] o pollo a la cazuela [enterito, sin deshuesar ni nada], o realizar una tabla de ejercicios mientras planchamos.

En otra de las salas esta polifacética creadora nos introduce en el mundo del rap, del hip-hop pero también del flamenco [ahí me ganó] con vídeos de una muy buena factura, con una estetica muy cuidada, aunque me atrae más la improvisación de una serie de piezas en las que Blanca Li juega, se pelea, interactúa con una serie de sillas en las que trata de sentarse pero le es imposible por su extraña disposición, y todavía más interesante es otro vídeo en el que en un diván de psicólogo cambia las palabras con gestos, por movimientos no quedando únicamente en la gracieta tipo Pepe Viyuela sino buscando la conexión con él público, la complicidad.

Todo esto acompañado de un montaje excepcional. Seguiré su pista.